En esta época de confinamiento, todos nos hemos visto obligados a teletrabajar. El teletrabajo es una herramienta muy útil, en condiciones normales, para conciliar la vida laboral y la personal, para evitar engorrosos desplazamientos y para ser más productivos. Pero la verdad es que todos estamos deseando volver ya a nuestros puestos de trabajo, lo que significaría que podríamos volver a abrazar a nuestros seres queridos. Por eso, y para que no os desaniméis, queremos daros algunos consejos de cómo trabajar desde casa.
¿Puede teletrabajar un arquitecto?
Por supuesto que sí. En condiciones normales, existen muchos arquitectos autónomos que trabajan desde casa. También existen arquitectos asalariados que realizan su trabajo desde casa (aunque estos son los menos), o que están desplazados a obras fuera de su ciudad durante largas temporadas.
Lo que es muy difícil es trabajar desde casa sin salir en ningún momento. Y no es solo que se paralicen las obras, como en algunos períodos de esta cuarentena. Es que un arquitecto debe realizar mucho trabajo de campo: ver parcelas, medir edificios, levantar planos, analizar patologías, realizar visitas a los ayuntamientos, etc.
Aunque las consultas a las administraciones se pueden seguir haciendo en ciertos casos, normalmente por teléfono o por correo electrónico, es evidente que no podemos realizar una videoconferencia con una parcela, con una obra o con un edificio existente en el que no viva nadie.
A pesar de todos estos impedimentos, existe una gran cantidad de trabajo que se puede seguir realizando desde casa, bien porque no necesite de una toma de datos previa, o bien porque esa toma de datos la hayamos realizado en un momento donde aún se podía. Además, queremos que este artículo sirva para demostrar que el teletrabajo es una genial herramienta incluso en épocas de libertad.
Ventajas del teletrabajo
1. Libertad de horarios
En el teletrabajo, es más fácil flexibilizar tus horarios para conciliar tu vida personal y tu vida laboral. Puedes ajustar tu horario con el de tu pareja para descansar juntos, o todo lo contrario, podéis complementaros para atender a vuestros hijos.
En un momento dado, te puedes quedar a trabajar hasta tarde sin sentirte un fantasma en tu oficina. Pero ¡cuidado!, esto puede impedirte desconectar.
2. Ahorro de desplazamientos
El desplazamiento a la oficina es una pérdida de tiempo y de dinero considerable cada día. Hay mucha gente que hace varios kilómetros y pierde mucho tiempo cada día para ir a su puesto de trabajo, bien porque trabaja en otra ciudad, o bien porque vive en una ciudad con mucho tráfico. Esto nos impide ser productivos, pues llegamos más cansados a casa y al trabajo, y consume una cantidad enorme de recursos al planeta y a nosotros mismos.
3. Ahorro de oficina
Si somos autónomos o pequeños empresarios, trabajar desde casa nos ahorra alquilar o comprar un local. Gracias a esto podemos ser más competitivos en precios o directamente tener mayor margen de beneficios. También podemos invertir este ahorro en mejorar nuestras herramientas de trabajo, como el ordenador, el software, herramientas de medición, etc.
En el caso de muchos arquitectos y profesionales del sector, tu oficina es tu coche, allí llevas tu casco, tu cámara, tu medidor láser, tus planos, etc. También tu oficina es tu móvil (o tableta), en el que puedes llevar todos tus planos, informes y documentación que necesites.
Consejos para trabajar desde casa
1. Ponte un horario
Una de las ventajas del teletrabajo es la libertad de horarios. Pero no te engañes, el resto de la gente sí que tiene un horario y te pondrán las reuniones a primera hora de la mañana. Así que intenta tener un “horario de oficina”. Es más asumible que no cojas el teléfono a las 21.00 de la noche que a las 10.00 de la mañana. Por la misma razón, si llamas a alguien a una hora intempestivo no te va a coger el teléfono o te va a atender mal.
Además, el establecimiento de un horario de trabajo mejora tus rutinas de trabajo y puede hacer que te concentres mejor.
2. Gestiona tu espacio de trabajo
Establece un espacio de trabajo independizado de tu casa. No tiene que ser una oficina, puede ser una mesa, una esquina, un sofá… Lo importante es que ese espacio se utilice solo para trabajar, y no para el ocio. De esta manera, cuando estemos en este espacio no nos distraeremos, de la misma manera que en nuestro espacio de ocio podremos desconectar más fácilmente.
Tu espacio de trabajo debe ser cómodo, con una buena silla de oficina que no te destroce los riñones y una mesa amplia. No debes tener muchas distracciones a la vista, pero tampoco debes encerrarte en un zulo. Tu espacio de trabajo ha de ser un lugar agradable, ventilado e iluminado.
3. Establece una planificación
Al igual que en la oficina, es importante tener una planificación de lo que vas a hacer durante el día o durante la semana. Por ejemplo, puedes aprovechar las mañanas para proyectar y las tardes para hacer las visitas, o viceversa. En tiempos de confinamiento, aprovecha para hacer las llamadas o videoconferencias todas seguidas, para tener tiempo para concentrarte en proyectar durante más tiempo seguido.
4. Establece espacios de reunión
Ya que no tienes oficina, tus espacios de reunión pueden ser una serie de cafeterías repartidas por los diferentes barrios o municipios en los que trabajes. En época de confinamiento, tu lugar de trabajo será el móvil, el Skype, el WhatsApp, etc. Pero en cuanto puedas salir, ten en cuenta que el contacto físico es importante para establecer una buena relación con el cliente.
5. Usa herramientas de trabajo en equipo
Si trabajas desde casa pero con un equipo de personas, seguro que ya conoces estas herramientas. Pero incluso si eres autónomo o trabajador independiente, algunas de estas herramientas serán muy útiles para trabajar con tus colaboradores o clientes.
Sube tus archivos a Dropbox, Wetransfer o Google Drive para compartirlos con tus colaboradores. Habla con ellos de manera organizada con Slack. Mantén conferencias con Skype o con Google Meet. Incluso puedes optar por diseñar de manera conjunta con programas BIM con funcionalidad en la nube.
Evidentemente, no se pueden usar todos los programas, porque muchos son de pago, pero sí está bien conocerlos todos y usar los que más útiles sean para tu trabajo.
6. Haz los descansos que creas necesarios
Ya que estás en tu casa, puedes descansar cuando creas conveniente. Aprovecha cuando hayas acabado un bloque de trabajo para hacer un pequeño descanso. Haz que tus descansos dependan de tu trabajo, no de factores externos de la casa: la lavadora, la secadora, el horno, el microondas, el gato, el perro, etc. Recuerda, durante tu horario de trabajo no estás en casa, estás en el trabajo.
7. Aprovecha para ampliar tu red de contactos
Trabajar desde casa hace, paradójicamente, que amplíes tu radio geográfico de acción. Mientras que con una oficina es habitual que tus clientes sean del barrio o del pueblo en el que se ubica, si trabajas desde casa tu ámbito de actuación no tiene límites. En realidad, si eres arquitecto, sí que hay límites. La gran mayoría de los trabajos que realiza un arquitecto requieren ir a ver algo: una parcela, un solar, una ruina, una casa vieja, un piso, obras de todo tipo, patologías, etc. Incluso en trabajos que no es estrictamente necesario ver el inmueble (una tasación, un proyecto de obra nueva, etc.), sí que es muy recomendable y un valor añadido, y desde luego nuestra política es ver todos los inmuebles en los que trabajamos.
Por tanto, tu ámbito geográfico llega hasta donde te permite llegar tu coche y es económicamente viable sin que repercuta en el cliente. Al trabajar desde casa y reducir gastos, tu ámbito geográfico puede ser de decenas de kilómetros, lo que implica una potencial red de contactos enorme. Para conseguir esta red de contactos, es muy útil confiar en empresas como Certicalia, que te permiten ponerte en contacto con clientes de tu zona que necesiten trabajos de arquitectos de confianza.
También puedes trabajar de arquitecto freelance, entendiendo esto como un arquitecto que trabaja para empresas o para otros arquitectos de manera independiente, más que para particulares. Si este es tu caso, tu ámbito geográfico se amplia exponencialmente, puesto que en muchos casos no requerirás haber hecho visitas, pues ya las habrán hecho otros por ti, y podrás trabajar por todo el mundo. Te puedes especializar en modalidades como el modelado en tres dimensiones, los renders o los fotomontajes, que no requerirán hacer ninguna visita ni dependerán del conocimiento de ninguna normativa local; el cálculo de estructuras y de instalaciones, que aunque requieren el conocimiento de la normativa estatal, no necesitan más que los planos del proyecto, o perito tasador, lo cual sí que implica hacer visitas de vez en cuando.
Conclusión
El teletrabajo es fácil, tiene muchas ventajas, es el futuro y es nuestro presente más inmediato. Pero para teletrabajar hace falta salir de casa o que alguien salga de casa por ti. Esto lo superaremos entre todos, pero de momento, ¡teletrabaja! ¡Quédate en casa!
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